Desde que era muy pequeñita mi madre (a la que conocéis por
este blog) me ha enseñado a ayudarla en la casa, al principio con cosas pequeñas
para poco a poco ir aumentando las responsabilidades. (Eso sí, hay un par de
zonas que siguen vetadas, jajajaja)
Aunque no haga muchas cosas, véase, fregar el suelo o
planchar (sólo cuando ella está mala o le consigo engañar) sé perfectamente
cómo se hace, las diferentes técnicas, el calor que hay que poner en la
plancha, el mocho que se tiene que usar, etc.Pero la situación cambia cuando tu madre, porque se lo tiene más que merecido, se va de vacaciones con tu padre para celebrar su Aniversario de boda... No es lo mismo ayudar que hacerlo todo.
Esto va dedicado a todas las súper-mamás, súper-papás, súper-solteros, súper-independizados, súper-abuelos. Me quito el sombrero, grito muchos hurras y bravos, y aplaudo hasta que me sangren las manos.
No entiendo como hay gente que pueda decir, “¿Porqué estas cansada/o si estas todo el día en casa?”. Una casa tiene gran cantidad de faenas: poner y tender lavadoras (¡¡¡separando las prendas!!!), cocinar, hacer las camas, limpiar los cuartos de baño, limpiar la cocina, el resto de la casa, planchas, regar las plantas, recoger las habitaciones (limpiar, barrer o aspirar y fregar), ayudar a hacer los deberes, duchar a los pequeños, hacer la compra, llevar las cuentas, llamar al del gas, al fontanero o a quien sea cuando se rompe algo, ser chófer o taxista a las horas que sean y un largo etcétera que seguro que me estoy dejando millones de acciones…
Las personas que hay en nuestra vida, que seguro que
conocemos a alguien, hacen todo esto, con una sonrisa, sin perder tiempo y
además si necesitas algo, saltan inmediatamente de aquello que están haciendo
para proporcionártelo. Ellos nunca descansan ni tienen vacaciones.
Así que, teniendo en cuenta que me fui de “vacaciones” lo
voy a decir bien claro “¡MI MADRE ES UNA SÚPER HEROÍNA CON LAS PILAS SIEMPRE
CARGADAS!”
Sois mis héroes.
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